El camino se hace improvisando la pisada. Me dejo acariciar por los últimos rayos de sol del día, disfruto de cada bocanada de aire. Levanto levemente la mirada ojeando el horizonte en busca de respuestas, de razones que te hagan seguir luchando, apuntalando el camino si fuese necesario.
No me rindo, sigo buscando el arte en la calle. Observo y veo gente de ida y vuelta donde el hilo conductor es el tiempo, tiempo que se escapa de nuestras garras. Mientras unos buscan la estabilidad, el éxito, otros buscamos la esencia, la perfección .
He vivido unos dias maravillosos entre canales con fuga al Cipriani incluida en busca de la textura perfecta. Una vez más la vida me dio en los dientes. Encontré lo mejor a pie de callejón de escaparate agolpado por el turista incrédulo de encontrar donde menos lo esperaba la receta autentica, la heredada entre generaciones.
Últimamente vivo una montaña rusa de emociones, días buenos y malos se pegan en el ring, combate limpio donde por suerte gana el bueno en el primer asalto por K.O.
Culpa de ello es mi optimismo que por naturaleza da siempre la vuelta a la mierda para convertirla en el mejor de los batidos ligeros, es decir, todo termina en un trago fresco fácil de digerir.
P.D Este post no fue escrito desde Venecia
-Música que escuchaba mientras escribía estas lineas…